EJE CAFETERO, UN PACTO POR LA REGION
UNA AMPLIA ALIANZA SOCIAL POR LA
RECUPERACIÓN DE LO PUBLICO PARA LAS ACCIONES CIUDADANAS EN ARMENIA Y EL QUINDÍO
Ante la orfandad de propuestas
sociales confiables
ó el desgaste y carencia de ideas para
movilizar y educar
a la ciudadanía para la participación social, de parte de quienes se proponen la conducción
de las entidades e instituciones públicas,
deliberadamente nos hemos
retrotraído a un Informe
de Desarrollo Humano (Eje Cafetero, un Pacto por la Región. Pnud,
2004) publicado al iniciar la primera década de este siglo,
en el interés de promover debates que arrojen
luces
para las acciones públicas ciudadanas.
Hemos procurado una
síntesis del Informe,
Especialmente de sus
elementos propositivos del Capítulo
sobre el Pacto
Regional por el Desarrollo Humano. H.M.
RASGOS DEL DIAGNÓSTICO REGIONAL
"Lo político y las instituciones no
tramitan ciertas demandas sociales, en particular, las necesidades de los niños
y jóvenes, de los grupos marginados o informales, de las zonas rurales, de las
mayorías ciudadanas, entre otros. Por las mismas razones, lo político tampoco
tramita las agendas que se han construido a escala regional. Eso ayuda a
explicar el reducido compromiso de las regiones en el cumplimiento de las metas
de la infancia y otros sectores sociales.
Podría afirmarse que el clientelismo y las manifestaciones descritas
han contribuido de manera importante al fenómeno destacado por algunos de los entrevistados
en el sentido de que en la región los estados subnacionales han sido incapaces
de obrar de manera decidida frente a las nuevas demandas que han resultado de
la crisis cafetera y general que padece la región. Pero esto último ocurre
también como consecuencia del debilitamiento del Estado al que el clientelismo
mismo lo ha sometido, y al propio desprestigio del régimen político, entre
otras por la permisibilidad corruptora del clientelismo en las decisiones oficiales
(Leal, 1989). De acuerdo con las entrevistas efectuadas en Caldas en desarrollo
del Informe, se ha llegado incluso a situaciones como dejar de prestar
servicios sociales por razones políticas durante largos períodos de tiempo a
poblaciones rurales con bajos niveles de desarrollo humano, por parte de entidades
nacionales descentralizadas.
Algunas de las respuestas de las personas entrevistadas reflejan la forma como opera el clientelismo frente a la capacidad de acción del Estado en la región: uno de los aspectos negativos de la crisis actual es la “manipulación de la pobreza en beneficio de intereses puntuales y particulares”. De manera similar, otro de los entrevistados respondió que “sólo vamos al campo cuando se acercan las elecciones”, o “para el hogar campesino la ayuda está sometida a la voluntad del administrador municipal de turno” o que la crisis ha fortalecido el “asistencialismo y dependencia” o que la crisis ha significado frente a las relaciones con el Estado “desconfianza, por las decisiones puntuales que desorientan los procesos y por el reiterado incumplimiento”, así como “desconfianza en las instituciones”.
ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA PROBLEMÁTICA
"La política, en sí misma, y a través del clientelismo se ha
convertido en la región en un factor que en lugar de cohesionar alrededor de la
búsqueda de propósitos colectivos, disocia e impide el avance hacia una sociedad
democrática incluyente.
Los problemas de lo público en la región no se agotan exclusivamente
en el sistema político del clientelismo. También tienen que ver con el capital
social y la democracia local, lo mismo que con las instituciones. A esos
aspectos deben añadirse los insuficientes resultados en cuanto a la
descentralización, problema generalizado en el país.
Además de la falta de democratización de la vida política local, la descentralización en el orden subnacional enfrenta limitaciones asociadas con la baja capacidad institucional y de gestión local. Al respecto, Zapata, Acosta y González (2001) plantean que una gran proporción de municipios no efectúa seguimiento a sus finanzas públicas, ni cuenta con instrumentos adecuados para hacerlo.
En otras palabras se plantea la necesidad de transitar hacia instituciones bajo fundamentos que permitan orientar el principio de la preeminencia de los intereses colectivos construidos y legitimados con el concurso de una activa participación ciudadana, y mediante la “comunión” entre los diferentes sectores, tal y como se planteó en uno de los talleres. En la misma dirección, uno de los líderes entrevistados señaló que “...los grupos sociales, el Estado y todos debemos escuchar los clamores de la gente, oírlos y escucharlos de verdad...”. Es decir, resulta impostergable intervenir en el área política así como en la democracia local".
INICIATIVAS CON IDEAS-FUERZA PARA LA ACCION CIUDADANA
"Para romper la inercia institucional y lograr una verdadera transformación
de lo público, se requiere de cambios institucionales, que serán posibles sólo
si existe la voluntad política de llevarlos a cabo. Esos cambios tienen que ver
con cinco áreas fundamentales: i) política y democracia local; ii) fiscal; iii)
institucional; iv) administración; e v) información, rendición de cuentas,
control y participación.
La intervención en el área política así como en la democracia local requiere, en primer lugar, de una representación eficaz y legítima de lo social con la prioridad de desmontar la exclusión social que ha caracterizado el desarrollo colombiano y el regional.
Pero lo anterior es insuficiente, ya que se requiere de una mayor democratización, y para esto se propone, de una parte, que se adopte en el Eje Cafetero en los departamentos, capitales y municipios la metodología de los presupuestos participativos. De otra parte, se recomienda la realización de balances de gestión con las comunidades, a través de asambleas departamentales y concejos municipales ampliados, que cuenten con presencia de líderes, organizaciones de la sociedad civil y de la comunidad en general.
Lograr esa mayor democratización tiene dos requisitos esenciales: el primero, un gran compromiso de hacer realmente pública la información de fuentes y usos de recursos por parte de los gobiernos subnacionales –qué tanto impuesto se recaudó, qué tantas transferencias se recibieron, cómo se gastaron esos recursos, incluyendo los gastos administrativos, y beneficiarios.
Ese esfuerzo debe realizarse de la mano de organizaciones no gubernamentales y comunitarias como comités de vecinos, ligas de usuarios, organizaciones comunitarias, veedores ciudadanos y redes sociales de ciudadanos, entre otras formas del movimiento social para las acciones públicas ciudadanas. Es necesario que esa información se suministre de manera regular y circule más allá de las respectivas asambleas o concejos.
El segundo requisito es la mayor promoción y utilización de mecanismos políticos de decisión colectiva tales como los instrumentos de participación directa creados por la ley 134 de 1994 y el impulso a otros espacios de participación contemplados en las normas colombianas.
Finalmente, debería realizarse un acuerdo político en la región con el fin de que se adopte la meritocracia para los cargos más claves –manejo de finanzas e impuestos, planeación, educación, y obras por ejemplo– de los departamentos, capitales y municipios. Algunos resultados alcanzados con este sistema en las entidades nacionales que operan en las regiones".
ARMENIAQ MULTITUDINARIA |
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